La morosidad en las operaciones comerciales afecta la liquidez y competitividad empresarial, y la normativa europea busca combatirla mediante plazos de pago estrictos y sanciones por retrasos. Resumen del artículo publicado en emprendedores.es y recomendado por Digital Skills Institute el 20 de mayo de 2025.
La morosidad en las operaciones comerciales es un problema significativo que afecta a muchas empresas, generando un impacto negativo en su liquidez y capacidad competitiva. Este fenómeno ocurre cuando los pagos se retrasan más allá de lo acordado, lo que puede desencadenar una cadena de dificultades financieras que permea a otras entidades y perjudica la estabilidad del mercado.
Ante esta situación, la Unión Europea ha implementado reformas regulatorias destinadas a combatir el retraso en los pagos. La normativa europea sobre pagos tardíos establece plazos claros: el estándar es de 30 días, aunque las partes pueden acordar hasta 60 días. En sectores como el comercial minorista, se permite una extensión de hasta 120 días, reconocida por su estacionalidad. Además, la nueva regulación establece que los deudores deben abonar automáticamente intereses de demora, que se fijan en 8 puntos sobre el tipo de referencia del Banco Central Europeo, destacando su importancia en la gestión de créditos.
Asimismo, se introducen compensaciones por retrasos en los pagos, que varían entre 50 y 150 euros, con el objetivo de cubrir los costos de cobro que enfrentan los acreedores. En España, ya se aplica una compensación mínima de 40 euros, reflejando un paso hacia una mayor responsabilidad en los pagos.
La normativa también busca potenciar la cultura financiera de las pequeñas y medianas empresas (pymes) mediante el uso de herramientas digitales y la creación de un Observatorio Europeo de la Morosidad en los Pagos, que promoverá la transparencia en los datos sobre impagos. Sin embargo, las estadísticas muestran que la morosidad sigue siendo problemática, con un 64.33% de empresas en España reportando al menos un impago en el último año.
Frente a este panorama, instrumentos como el factoring, el confirming y los seguros de crédito se presentan como soluciones útiles para mitigar el riesgo de impago. Adoptar una gestión proactiva, fomentar relaciones comerciales sólidas y utilizar tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial, son esenciales para enfrentar este desafío de manera efectiva.