La IA generativa está transformando el entorno laboral, requiriendo nuevas habilidades como la interrogación inteligente, integración del juicio y aprendizaje recíproco para maximizar su eficacia y ética en el trabajo. Artículo publicado en hbr.org y recomendado por Digital Skills Institute el 9 de mayo de 2025.
En la era actual, la inteligencia artificial generativa (IA generativa) está emergiendo como una herramienta transformadora que está remodelando el panorama laboral de una manera significativa. Esta tecnología, que antes se pensaba exclusiva para tecnólogos, ahora puede ser utilizada por prácticamente cualquier persona, gracias a los avances que permiten su operación mediante comandos en lenguaje cotidiano en lugar de código complejo. Según investigaciones recientes, es probable que más del 40% de las actividades laborales en los Estados Unidos sean transformadas por la IA generativa en los próximos años. Este cambio tendrá un impacto notable en sectores como el legal, bancario, de seguros y mercados de capitales, con efectos posteriores en el comercio minorista, los viajes, la salud y la energía.
La incorporación de la IA en los procesos laborales no solo apunta a la automatización de tareas, sino que implica una reinvención completa de cómo se realizan las actividades empresariales. La habilidad para utilizar la IA de manera efectiva se convertirá en un factor crucial para el éxito profesional. Para maximizar los beneficios que ofrece esta tecnología, los expertos H. James Wilson y Paul R. Daugherty destacan la necesidad de desarrollar ciertas "habilidades de fusión".
La primera habilidad enfatizada se denomina interrogación inteligente. Esta habilidad involucra instruir a los modelos de lenguaje de gran escala para que operen de modos que mejoren los resultados. Se trata de desglosar procesos en pasos más manejables y de visualizar múltiples caminos potenciales hacia una solución. Esta competencia se centrará en cómo estructuramos nuestras interactuaciones con la IA para hacerlas más eficientes y efectivas.
La segunda habilidad, integración del juicio, se refiere a la incorporación de un discernimiento humano experto y ético para que el resultado de la IA sea más confiable, preciso y sin sesgos. La clave aquí es integrar fuentes de conocimiento autorizadas a la capacitación de los modelos cuando sea necesario, mantener la privacidad de los datos utilizados y someter a escrutinio cualquier salida sospechosa que proporcione la IA. Esta habilidad asegura que la tecnología no funcione de manera aislada, sino que se enriqueca con el contexto y los valores humanos.
Por último, se halla el aprendizaje recíproco, que consiste en adaptar la IA generativa al contexto específico de negocios de una organización mediante el aporte de datos organizacionales ricos en contenido y experiencia. A medida que se desarrolla esta habilidad, uno aprende a entrenar la IA para enfrentar desafíos más sofisticados, lo que marca un ciclo continuo de aprendizaje y mejora tanto para la tecnología como para los humanos que la manejan.
La revolución de la IA ya está en marcha, transformando cómo las empresas operan y cómo los individuos trabajan dentro de ellas. Aquellos que dominen las habilidades de fusión tendrán una ventaja significativa en este entorno en rápida evolución. Mientras nos adaptamos a esta nueva era de colaboración entre humanos y máquinas, es esencial no solo aprender a usar IA, sino también a integrar nuestros valores y discernimiento en su uso, asegurando que esta poderosa herramienta trabaje para nosotros de manera ética y efectiva.