El "time blocking" es una técnica de gestión del tiempo que divide el día en bloques específicos para tareas y descansos, mejorando la productividad y equilibrio entre vida laboral y personal. Resumen del artículo publicado en lamenteesmaravillosa.com y recomendado por Digital Skills Institute el 10 de diciembre de 2024.
La técnica del "time blocking" es una estrategia destinada a optimizar la gestión del tiempo personal, abordando problemas comunes como la procrastinación y la multitarea. Este enfoque implica dividir el día en bloques de tiempo específicos dedicados a distintas tareas, integrando además momentos de descanso y tiempo libre. Así, se busca garantizar que el bienestar personal sea una prioridad en la planificación diaria, mejorando tanto la productividad como la calidad de vida.
Al fundamentar el día en bloques de tiempo de duración no superior a una hora, el "time blocking" se asemeja a la estructura de un horario escolar, donde cada materia tenía su espacio, permitiendo descansos intermedios. Este método no solo favorece la organización, sino que también promueve un manejo equilibrado entre trabajo y descanso, con la intención de completar la jornada laboral en un máximo de seis a siete horas. Esto contribuye a un balance más saludable entre la vida personal y profesional.
Implementar el "time blocking" requiere adaptaciones personales. Es aconsejable agrupar tareas similares, como consolidar correos electrónicos en un solo bloque, y evitar microbloques excesivamente detallados que pueden generar ansiedad. La simplificación es esencial para mantener un flujo de trabajo eficiente y menos estresante. Además, es fundamental planificar todas las responsabilidades, incluyendo las menores, para asegurar que cada actividad se integre en la agenda de manera efectiva.
Priorizar el tiempo libre y las pausas es otro aspecto fundamental. Al programar primero los momentos de descanso, se puede gestionar mejor el tiempo y reducir el estrés asociado a la sobrecarga de tareas. La inclusión de bloques de tiempo en blanco también permite ajustarse a imprevistos, aumentando la flexibilidad y reduciendo la frustración. Con el uso constante de esta técnica, se logra una planificación diaria más precisa, mejorando la productividad general y promoviendo una forma de trabajar más inteligente.