La IA avanza hacia agentes que simplifican tareas diarias al actuar proactivamente por el usuario, superando las limitaciones de los chatbots, pero enfrentando desafíos en efectividad y seguridad. Artículo publicado en xataka.com y recomendado por Digital Skills Institute el 2 de mayo de 2025.
La evolución de la inteligencia artificial (IA) ha tomado diversos caminos en los últimos años, destacando especialmente en el desarrollo de chatbots y modelos generativos. Estos avances prometían revolucionar una gran variedad de sectores mediante la automatización del lenguaje. Sin embargo, en el presente panorama tecnológico, parece que dicha prometida revolución enfrenta un estancamiento. A pesar de los grandes desembolsos en investigación y desarrollo, modelos como ChatGPT, Claude, Gemini o Copilot no han logrado el nivel de impacto social y económico que se esperaba inicialmente. Como resultado, las empresas y los investigadores se han visto motivados a explorar alternativas que puedan tener un impacto más práctico y directo en la vida diaria de los usuarios.
El concepto de "agentes de IA" ha emergido como una respuesta prometedora a esta necesidad de diversificación en las aplicaciones de la IA. La idea central de estos agentes es la de actuar proactivamente en nombre del usuario, realizando tareas prácticas y simplificando procesos cotidianos. Imaginemos, por ejemplo, planificar un viaje: en lugar de que el usuario deba buscar manualmente hoteles, eventos o el clima de un destino, el agente de IA podrá encargarse de recopilar toda esta información, presentarla y eventualmente efectuar reservas, tras una simple aprobación por parte del usuario. Este enfoque no solo busca optimizar la eficiencia, sino también mejorar la experiencia del usuario.
Varias empresas tecnológicas ya están implementando sus versiones de estos agentes de IA. Microsoft, por ejemplo, ha desarrollado funciones que permiten a los agentes tomar control de navegadores web para ejecutar tareas específicas, principalmente orientadas al ámbito empresarial. Al mismo tiempo, empresas como Anthropic han lanzado herramientas como "Computer Use", diseñadas para operar dentro de entornos controlados y seguros. Google tampoco se queda atrás, preparando Jarvis, un asistente virtual diseñado para facilitar tareas cotidianas a los usuarios. OpenAI, conocida por su trabajo con ChatGPT, ha anunciado el desarrollo de "Operator", un nuevo agente de inteligencia artificial que espera lanzar en fase preliminar en enero.
Este cambio de enfoque hacia los agentes de IA también responde a las actuales limitaciones observadas en los chatbots generativos. Aunque han demostrado ser útiles en ámbitos específicos, como la programación, su capacidad para generar un retorno financiero adecuado y su integración en la vida diaria no ha alcanzado niveles satisfactorios. Además, el desarrollo de estos modelos implica altos costos operativos, desde la infraestructura de centros de datos hasta el mantenimiento y mejora continua, lo que ha obligado a las empresas a reevaluar la rentabilidad de dichas inversiones.
El movimiento hacia la implementación de agentes de IA plantea también una serie de desafíos particulares. Las empresas deben ser cautelosas en la implementación para evitar errores que afecten la confiabilidad y seguridad de estos sistemas. Dado que estos agentes pueden realizar acciones autónomas en nombre del usuario, es crucial que se establezcan medidas para prevenir decisiones incorrectas o acciones no deseadas. Por ello, muchas de las soluciones actuales están en fases de prueba controladas, evaluando la efectividad y seguridad de estas herramientas antes de su despliegue generalizado.
En resumen, la búsqueda de nuevas aplicaciones prácticas para la inteligencia artificial ha conducido al desarrollo de agentes de IA como el próximo gran avance en la industria. Mientras los chatbots y modelos generativos continúan evolucionando, los agentes de IA presentan una oportunidad para integrar la tecnología de manera más profunda y significativa en la vida cotidiana de los usuarios, precisamente en áreas donde se necesita mayor interacción y toma de decisiones automatizada. Manteniendo un enfoque responsable y seguro, la industria tecnológica puede transformar verdaderamente la manera en la que convivimos con los sistemas de inteligencia artificial.