Stuart Rose, presidente de Asda, ha implementado una política de regreso a la oficina tres días por semana para mejorar la colaboración, mientras Asda sufre ralentización de ventas y recorta puestos gerenciales. Resumen del artículo publicado en businessinsider.es y recomendado por Digital Skills Institute el 3 de septiembre de 2025.
Stuart Rose, presidente de Asda, ha implementado una política que requiere que los empleados corporativos regresen a la oficina tres días a la semana a partir de enero. Esta medida es parte de una serie de cambios que Rose ha introducido desde su llegada al puesto, buscando mejorar la eficiencia en un sector minorista en constante evolución. Según él, el trabajo remoto no se alinea eficazmente con las dinámicas de la industria, ya que limita la coordinación y la colaboración necesarias en un entorno laboral competitivo.
Para facilitar este regreso, Asda planea realizar mejoras significativas en sus instalaciones. Esto incluye la renovación de áreas de cátering, la creación de espacios más adecuados para reuniones, la instalación de cabinas de trabajo tranquilas y la modernización de los aseos y mobiliario. Estas iniciativas están diseñadas para crear un ambiente más atractivo y cómodo, incentivando a los empleados a volver a la oficina.
La reestructuración de Asda se enmarca en un contexto de ventas lentas y la decisión de eliminar 475 puestos gerenciales. A través de estos cambios, la cadena aspira a alinearse con sus competidores y fomentar una cultura organizacional que valore la colaboración y el alto rendimiento. Esta estrategia refleja una tendencia más amplia, donde muchas empresas están revisando sus políticas laborales tras la pandemia.
Expertos en el futuro del trabajo advierten que las organizaciones deben considerar las preferencias de sus empleados. Si se vuelven muy restrictivas, corren el riesgo de perder talento hacia empresas más flexibles. Además, la importancia del trabajo desde casa, impulsada por avances tecnológicos, sigue siendo un factor crítico en el mercado laboral, donde muchos empleados valorarían la opción de teletrabajo casi tanto como un aumento de sueldo. En este escenario, las empresas deben equilibrar su necesidad de eficiencia con las expectativas de su fuerza laboral.